domingo, 17 de mayo de 2009

VI DOMINGO DE PASCUA


EVANGELIO
Juan 15, 9-17

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya nos los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pida en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”. Palabra del Señor.

COMENTARIO

Trato de entender esto que Jesús nos dice, no sólo con un raciocinio, sino con una meditación profunda
Para permanecer en Cristo hay que cumplir su mandamiento
Su mandamiento es que nos amemos
Amar es dar la vida
Dando la vida es como permanecemos en Cristo.

Jesús permanece en el Padre
Cumple el mandamiento del Padre
El mandamiento del Padre es el amor
Tiene un gran amor que lo lleva a dar su vida por sus amigos

Como Jesús permanece en el Padre, por el amor
Permanecemos en Jesús por el amor
Y por Jesús permanecemos en el Padre.
Sólo se vive en el Padre y el Hijo por medio de la entrega amorosa.

El amor hace permanecer y el permanecer, fructificar.
El amor está en medio de la relación entre el Padre y el Hijo.
Si permanecemos en el amor del Hijo permanecemos en el amor del Padre
Y nos hacemos uno con Dios.

El único camino del hombre es el amor.
Sólo el amor nos engendra en la vida de Dios
Por el amor hay comunión.
Por el amor somos, nos movemos y existimos.

Entonces ¿Qué hay que hacer para permanecer en Cristo? Ya sabemos que hay que cumplir sus mandamientos, pero ¿acaso para cumplir los mandamientos no es necesario primero tener la fuerza del amor? Porque no se puede cumplir los mandamientos estrictamente si no nos mueve su fuerza, si no nos impulsa su poder. Es el amor el que nos hará cumplir los mandamientos como dice San Agustín “ama y haz lo que quieras”. El amor nos hace ser fieles, respetuosos, justos, amables. Si nos falta el amor nos volvemos rígidos, implacables, autoritarios, criticones.

Es por eso que Jesús nos dice: “No me han elegido ustedes a mí, he sido yo el que los he elegido” no somos nosotros los que hemos amado a Dios primero, sino que Él nos ha hecho el regalo de su amor para que permanezcamos en Él. Esto es, el amor de Dios que ya está aquí en nosotros y nos hace cumplir los mandamientos y producir frutos. Entonces el que ama no peca. Sus palabras y actitudes están llenas de Dios

Si no hay amor simplemente nuestra vida se vuelve estéril.

Para muchos, este tema resulta muy trillado. Demasiado sonado y explotado… ¿Qué más se puede decir del amor si ya Jesús lo dijo todo? Sin embargo el amor siempre es novedad, no deja de causar sobresalto y un vuelco en el corazón. Es un constante descubrimiento y una profundización continua sin límites, porque el amor de Dios no tiene límites en nosotros, es infinito y constante y los cristianos nos regocijamos compartiendo las formas como se manifiesta en nuestra vida ordinaria, es en lo cotidiano donde se descubre su presencia constante. Nos sigue regalando el sol que nos alumbra, la lluvia que hace brotar las plantas en la tierra y proveen nuestro sustento y un sinnúmero de bendiciones que no me alcanzaría la vida para mencionarlas.

Puedo compartirles el inmenso amor de Dios en mi vida en esta semana que se hizo presente a través de mis padres que aún los tengo, de mi madre que vino a pasar unas horas conmigo el día de las madres y que por cierto casualmente se encontró en el templo con una hermana suya que hacía mucho tiempo trataba de contactar y no lo lograba, me hizo muy feliz verla sonreír en ese encuentro. La llamada de una hermana y de otro hermano, la presencia del amigo, que me ofrece su hombro como apoyo , del que me ayuda en los trabajos de la casa, de la oficina, Y aquellos a los que he podido ayudar con mi presencia, el enfermo del hospital, la mujer invadida de cáncer que bromeaba y asomaba su sonrisa bajo la mascara de oxigeno. Aquello que he considerado un problema y que Dios me ha dado la capacidad de solucionar…. Los niños y jóvenes que se preparan en los sacramentos, las cartas de los niños de primera comunión que son unos verdaderos poemas llenos de sencillez, simpatía y espontaneidad. La comunidad congregada en la eucaristía, los laicos comprometidos y porqué no decirlo, las personas que se encargan de “molestar” cada día y que me recuerdan el compromiso que tengo de permanecer en Cristo amando y entregando mi vida.
P. Raúl

sábado, 9 de mayo de 2009

V DOMINGO DE PASCUA

EVANGELIO San Juan 15,1-8

En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí , Él lo arranca, y al que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho; permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le hecha fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen. lo arrojan al fuego, y arde. Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos."

Palabra del Señor


Comentario:

Nos hemos sentido amenazados en estos días por un virus, que nos ha puesto a todos de cabeza, paralizado al país y atemorizado al mundo. Ha sido eso: un simple virus que nos viene a decir cuan vulnerables y temerosos somos, que si bien parece ser que no es eso lo que termine con nuestra especie, si nos ha confrontado en muchos aspectos de nuestra vida personal y comunitaria. Y digo yo: -virus que no mata fortalece. Algo nos viene a enseñar esta cosa que hace poco tiempo no tenía nombre ni distinción alguna.

Tratando de volver a nuestra vida “normal” con todas las normas escrupulosas que hemos de atender, caigo a la cuenta (ya era hora) –de la presencia de Dios y su conexión profunda con su Pueblo, especialmente cuando se congrega para el culto de adoración en la Eucaristía. Cuando esto falta, falta la savia que nutre al pueblo para fortalecerlo contra cualquier amenaza.

Y es este punto, precisamente el que toca el Evangelio, a través de esta sencilla pero profunda parábola que todos podemos entender aunque no nos dediquemos a las labores del campo, tal vez al joven de hoy le llegaría muy bien el ejemplo de la tele y la corriente eléctrica; Así también hay que conectarnos a Jesús, que es el que nos da la energía para movernos en la vida.: la conexión de Dios con su Pueblo en Cristo verdadera Vid. La vida que el pueblo tiene es por la unión permanente con su Dios. Como la madre alimenta a través del cordón umbilical al niño que está en su vientre, así obtenemos de Dios esa vida. Si el cordón se rompe, se rompe en nosotros la fuente de la vida (a propósito, hoy festejamos también la vida que Dios nos da por medio de nuestras madres).

La comparación es extraordinaria, somos ramas que si no estamos unidos al tronco, simple y sencillamente nos secamos. Cada rama es distinta, tienen un número de hojas diferente, unas más torcidas, otras apuntan a los lados, algunas al cielo, otras para abajo. Cada una es especial, pero lo importante es que cada una está unida al tronco. Tal vez entre los cristianos hay también muchas diferencias, no todos apuntamos hacia donde mismo, vemos las hojas desde diferente ángulo, algunas veces se retuerce nuestro camino, hay otras que están resquebrajadas y los sostiene una pequeña unión, que peligra con el vaivén de los vientos o las tempestades, pero muchas veces logran sostenerse y se van incorporando poco a poco. Hay otras que se ven tan erguidas e imponentes pero están huecas por dentro.

Mientras no dejemos de alimentarnos de la savia de Cristo, no moriremos. La permanencia en su amor es lo que nos sostiene incorporados a su cuerpo. Si eres una rama que ya no soporta el peso del tiempo ni el golpe de las tormentas, aferrarte al tronco que te sostiene, ese tronco es Jesús. Si eres una rama que se encuentra enferma por dentro: permanece unido a Cristo, que impulsa su savia por tus venas, hasta tu corazón y llena tus vacíos. Si eres una rama que no soporta el roce de otras ramas y se aburre de sus hojas: nútrete más de Cristo, para que tu vida florezca y de alegría y perfume a los demás.

Llamados a dar fruto.

A punto de acabar su vida, quiso un labrador dejar experimentados a sus hijos en la agricultura. Así, les llamó y les dijo: “Hijos míos, voy a dejar este mundo; busquen lo que he escondido en la viña, y lo hallarán todo”. Creyendo sus descendientes que había enterrado un tesoro, después de la muerte de su padre, con gran afán removieron profundamente el suelo de la viña. Tesoro, no hallaron ninguno, pero la viña, tan bien removida que quedó, que multiplicó su fruto.

El fruto es el producto que podemos saborear después de un largo proceso, el resultado de un esfuerzo realizado, es la recompensa a la perseverancia, que a todos nos gusta disfrutar. Somos llamados a dar fruto en Cristo. El fruto de Jesús y el fruto nuestro es el mismo fruto, como lo es el mismo fruto de la rama y del tronco gracias a una unidad perfecta y vital.

La estrategia del padre de familia: 1. despierta el interés en sus hijos. 2. les da las herramientas 3. los deja libres.Son tres cosas que Dios hace con nosotros para que demos frutos como seres humanos e hijos suyos.Nos da su Palabra para que nos interesemos en el Reino, trabajar en un plan de vida con los valores recibidos y hacerlo siempre con plena libertad. (Dios podría hacerlo todo por nosotros, pero no maduraríamos)
Si cualquier padre de familia utiliza este método,
sus hijos encontrarán el tesoro del arca perdida de la vida. Porque en el trabajo está el servicio, en el servicio el amor y el amor es el fruto dulce de Dios en nosotros.

¡Día de las Madres!

Este domingo tiene un tinte especialmente tierno y sentimental para muchos. Es 10 de Mayo día de las madres. El árbol de nuestra vida no sería posible sin este maravilloso nudo que está entre Dios y nosotros. Nuestras madres. En ellas contemplamos la ternura y la fuerza de Dios, la cercanía del amor de Dios que es limpio, desinteresado y comprometido. En ellas podemos comprender el verbo “permanecer” que nos pide Jesús que conjuguemos. La Madre sabe permanecer en cada etapa, en cada estación del año haga frío o calor, en cada hora del día o de la noche. Se conjuga en ella: la Madre de Jesús y nuestra Madre. Que permaneció siempre con su hijo desde el arrullo del nacimiento hasta el arrullo de la muerte. En María encontramos el fruto bendito de su vientre que es Jesús, gracias a que es la Madre que sabe permanecer en la conversación con Dios, recibimos a través de ella el más dulce fruto de la vida para nuestra salvación. El fruto que nos devuelve la vida que nos había quitado aquél otro fruto, el de nuestra perdición.

Que como María, cada madre ofrezca sus frutos a Dios. y que sus esfuerzos y trabajos en su tierra fecunda, se vean siempre recompensados. Muchas felicidades!!!.

P. Raúl

sábado, 4 de abril de 2009

DOMINGO DE RAMOS


Lee y medita:
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MARCOS (15, 1-39)


COMENTARIO:
Un antes y un después de la Semana Santa:
Se ha llegado el tiempo. Es el tiempo de Dios, es la Hora de Dios. El tiempo de detenernos para que Él entre en nuestro tiempo. Dios creó al mundo en siete días, en una semana también lo redimió y es en esta Semana Santa donde nos recrearemos nuevamente en Él, una semana que no podrá ser santa si no dejamos que entre primero Jesús en la ciudad de nuestro corazón, donde hay muchos habitantes y él sigue siendo el gran desconocido.
La Cuaresma nos ha traído hasta aquí, Hacía Jesús mismo que se ha encaminado al pórtico de nuestra vida, para encontrarse y entregar hasta la última gota de sangre que ofrece generosamente como antídoto a todos los que en el camino hemos sido mordidos por la serpiente del pecado que nos lleva a la muerte segura.
Qué extraordinaria es la liturgia, no deja de sorprenderme, nos hace recorrer el mismo camino de Jesús, nos lleva, nos acerca y propicia el encuentro de cada uno con Él y es este encuentro a través de la Semana Santa, el que marcará nuestra vida, es el encuentro que han tenido muchos hombres y mujeres a lo largo de toda la historia de la Iglesia, en diferentes partes del mundo, en las ciudades y en las comunidades más remotas. En nuestra Diócesis, gracias a muchos misioneros que llevan con entusiasmo la antorcha de la fe para comunicarla hasta donde sea posible haciendo muchas veces casi lo imposible por llegar hasta allá ( tengo presentes esas comunidades de la sierra de Ocampo y Moris y los jóvenes lasallistas y teresianos que llegan cargados de fervor y entusiasmo para transmitir un poco y aprender un mucho de aquella gente) Hoy nos toca a nosotros, somos tú y yo los que tenemos este gran privilegio de que Jesús marque nuestra historia y nos haga seres nuevos. Para eso el murió y resucitó, para que pudiésemos tener una transformación.
Hay tanto que hablar de la Semana Mayor, es una liturgia inagotable, la Palabra es el centro y está en el centro de todo. Sin embargo ¿que efecto surte en cada uno? Quiero compartirte lo que sucedió a una joven mujer y su conversión durante una Semana Santa...
Esta chica había decidido pasar sus vacaciones en Roma, resultaba para ella interesante conocer la arquitectura de esa ciudad pero sobretodo, estar en el centro de la cristiandad durante esos días sería algo que resultaría envidiable para muchos. Fue durante una mañana del domingo de Ramos, asistiendo a la Misa que presidía Benedicto XVI, después de haber escuchado con atención el Evangelio de la Pasión, le impactó el comentario del papa sobretodo cuando hizo alusión a que antiguamente, durante esa Misa del domingo de Ramos la gente caminaba en procesión hacia la iglesia y al llegar a la puerta que estaba cerrada, tocaban con la cruz que encabezaba la procesión. Se le vino a la mente: “Dios está tocando mi alma para que le abra las puertas” se le quedaron profundamente grabadas esas palabras del Papa y durante los siguientes días, constantemente retumbaban en su mente.
Se acercó el Viernes Santo, entró a una iglesia para participar en la celebración de la Pasión del Señor, el templo estaba repleto. En el momento de la adoración de la cruz, debido a la multitud que se acercaba para realizar aquel signo de amor y adoración, había un tiempo oportuno para contemplar la cruz y meditar un poco, la joven se sintió atraída por la cruz y nuevamente le llegó esa idea: “ Dios está tocando mi alma para que le abra las puertas”, se iba acercando cada vez más y en la medida que avanzaba, dice que sentía un impulso de salir corriendo de ahí, de huir, pero por otro lado seguía escuchando la voz del Papa y su propia voz en su mente, hasta que llegó y se postró ante la cruz. Sintió que su alma se abría y pasaba una luz que venía desde la cruz… Ella estaba convencida de haber abierto su alma a Dios en el momento en que aceptó la cruz de Jesús. A partir de ahí no se separó de esa cruz, meditó sobre su vida pasada y sepultó en la misma tumba de Jesús muchos recuerdos que no la dejaban vivir con alegría, pudo participar después en la Vigilia como una mujer totalmente renovada, transformada. Hoy platica de su vida antes de Cristo y después de Cristo refiriéndose a ese encuentro que tuvo con Jesús en una Semana Santa, donde ella buscaba conocer exteriormente muchas cosas, pero conoció lo más importante y se lo llevó con ella.

¡Que durante esta Semana podamos abrir las puertas de nuestra alma a Jesús, para que él entre y reviva en nosotros lo que se ha ido muriendo!.
¡Que podamos abrirle las puertas de nuestro hogar, para que atraiga a todos en la unidad!
¡Que podamos abrirle las puertas de nuestra ciudad para que entre y transite por nuestras calles y transforme esas realidades de injusticia y desigualdad, de violencia e inseguridad!
¡Que podamos abrirle las puertas de nuestra patria mexicana, para que llegue a cada instancia, a cada servidor público, a cada jefe de gobierno y les haga ver que el verdadero poder está al hacerse el servidor de todos, el último de todos y no aprovechándose de su autoridad para pisotear a otros!¡Que llegue a cada narcotraficante, a cada sicario, delincuente y secuestrador para que se les caiga la venda de sus ojos y se den cuenta que es a Jesús al que siguen humillando, ultrajando y clavando en la cruz una y otra vez y haya un arrepentimiento y conversión!
¡Que todos abramos las puertas a Dios, el corazón al amor y al perdón y las manos al hermano haciendo el bien. Que seamos cera blanda en las manos de nuestro Creador, para que nos haga de nuevo, cera que sepa consumirse y arder en el amor, no sólo cuando las cosas parece que van bien, sino de manera especial, en la soledad de la cruz.!
Que tengas una semana muy santa.
P. Raúl

sábado, 28 de marzo de 2009

había un sapo, sapo, sapo

que nadaba en el río, río,río. con su traje verde verde verde que temblaba de frío, frío, frío
LA SEÑORA SAPA, SAPA, SAPA, QUE LE CONTÓ, CONTÓ, CONTÓ, QUE TENÍA UN AMIGO, AMIGO, AMIGO QUE SE LLAMA JESÚS... ¡¡¡¡JESÚS!!!!

CURESMA RECTA FINAL V DOMINGO...


Del santo Evangelio según san Juan: 12, 20-33
Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le pidieron: "Señor, quisiéramos ver a Jesús".
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y Él les respondió: "Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: 'Padre, líbrame de esta hora'? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre". Se oyó entonces una voz que decía: "Lo he glorificado y volveré a glorificado".
De entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel. Pero Jesús les dijo: "Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí". Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.





COMENTARIO
Un canto que en lo personal me impactó en un momento de mi vida y continúa cada vez que lo escucho moviendo algo muy dentro de mí y he sido testigo de que a movido el corazón de muchas personas especialmente a los jóvenes se llama “Entrega” seguramente lo has escuchado… “Un día caminaba muy triste por ahí mi corazón gritaba ya no quiero vivir”. Recuerdo que era el himno del grupo de jóvenes de donde el Señor me llamó para ser sacerdote, era muy especial para cada uno de nosotros. Creo que al igual que yo, muchos se identificaban con él. Hoy se porqué, creo que he descubierto en mi propia vida y vocación la esencia de ese canto.
Llega un momento en que me doy cuenta de que la vida no vale la pena si no se da, de que el egoísmo sólo produce muerte. El estar centrado en sí mismo y auto complacerse sólo produce frutos de tristeza hasta el grado de hartarse de todo, hasta de la vida misma y muchos jóvenes al igual que yo estábamos hartos de todo eso, con un gran vacío y una inmensa necesidad de comenzar a “funcionar” de una manera distinta, que nos permitiera sentirnos contentos de estar aquí en este mundo. El encuentro con Jesús lleva a un cambio de mente y de corazón, lo que sonaba lógico o al menos así nos lo habían hecho creer que era lo normal ahora el evangelio nos lo presentaba como necedad y lo absurdo para el mundo ahora se convertía en camino de felicidad. Desgastarse, entregarse y morir son palabras que el mundo aborrece y sin embargo sin ellas no se puede obtener la vida, ahora entiendo porqué nos sentíamos tan felices cuando trabajábamos por el bien de nuestra parroquia y comunidad, hoy comprendo porqué muchas personas y especialmente, insisto, jóvenes salen con una inmensa paz después de visitar a un anciano en el asilo. El olvidarse de uno mismo nos permite adentrarnos en el corazón de los demás y eso produce una profunda alegría.
La depresión es la enfermedad del siglo, que se da incluso en personas muy jóvenes, es una enfermedad que lleva a la persona a perderle sentido a todo, muchos incluso llegan hasta el suicidio. Para esas personas que sufren de depresión, no hay mejor medicamento que visitar a un enfermo y bríndale ayuda, acompañar a un anciano y préstale atención a sus palabras, dar algo de si mismo desprenderse aligera la carga y se recobra la salud, dejar de mirar su enfermedad y volver su mirada hacia fuera, hacia Dios, hacia los demás, pues la depresión se convierte en un círculo vicioso: mirarse a sí mismo y desesperarse porque no se está en un estado perfecto y hacerlo todo por estar perfecto: tratamientos de belleza, dietas, pastillas para que nada duela y sin embargo en cuanto más se ve a sí mismo más mal se siente. El dejar de mirarse a sí mimo y comenzar a ver a los demás, pero no solo ver sino hacer algo bueno por ellos es cuando se produce el gran milagro de “sentirse bien” estar perfecto y ver cada arruga y cada cana no como algo trágico sino como un monumento a la vida que se desgasta en amor y eso produce una inmensa felicidad.
El Evangelio hoy nos dice cual es el principio de la existencia: la entrega. A través de ella se genera la vida. Si no hay entrega simplemente no hay vida. Si el grano de trigo no muere no produce fruto, si muere y cae a la tierra es decir, si se entrega generosamente a ella entonces produce abundante fruto.
La muerte de Jesús, es la entrega por excelencia donde todo se transforma:
El leño de la cruz en árbol de vida, el odio en amor, la muerte en vida, el fin en principio, la oscuridad en luz, el pecado en gracia, el rencor en perdón, el hombre vive como Dios y Dios muere como hombre.
Es donde nace un nuevo pueblo sin fronteras, donde es posible la unidad en la diversidad, donde la comunión es el único pasaporte al corazón de la humanidad, ya sea del cielo o de la tierra. Un solo pueblo unido en el amor de aquel que lo ha hecho posible todo, el que por su entrega generosa ha unido el cielo con la tierra, lo divino con lo humano y lo antiguo con lo nuevo. Gracias a que ese grano de trigo se ha dejado morir y triturar para ser amasado y transformado en Pan que se deja partir y repartir por todos y para todos, La vida continúa, se transforma y no se agota jamás. Hoy podemos decir según el canto “aquí está mi vida y mi voz,” mi voz para cantarte y alabarte y mi vida para vivirla como tú, aquí está mis ansias de amar de servir y de perdonar… aquí estoy Señor.
Seamos con Cristo granos de trigo, que se dejan morir por amor, triturar y amasar para darse a los demás… entonces cuando hayamos renunciado a nosotros mismos nuestra vida será transformada, la dádiva generosa de nuestra existencia por el amor hará que nuestra esencia no se pierda, como no se perdió la esencia de Cristo al morir sino al contrario se distinguió perfectamente como aquél por el cual fueron creadas las demás esencias. Al saber entregarnos como Jesús, día tras día iremos entrando en la dinámica de la fuente de vida. Volveremos a Dios de donde brotamos como expresión de su amor para que se genere nuevamente en nosotros un brote inagotable de agua viva. La hora de Jesús ya está aquí… ¿y tú que hora tienes en tu vida?
P. Raúl




sábado, 21 de marzo de 2009

IV DOMINGO DE CUARESMA

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN: 3, 14-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él. El que cree en Él, no será condenado; pero el que no cree, ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


COMENTARIO

Un hombre tenía un puesto de tacos en un importante cruce de caminos, él no escuchaba ni radio ni televisión y no leía el periódico. Pero cocinaba y vendía muy buenos tacos y se esmeraba por hacerles buena publicidad a través de carteles y gritando con ganas. La gente se acercaba y le compraba y le iba bien. Las ventas iban aumentando cada vez más, compraba buenas tortillas, carne y verdura de calidad y preparaba muy buenas salsas. Su negocio fue creciendo y tuvo que buscarse un lugar más amplio, pues el negocio prosperaba. Con sus ganancias pudo pagar una buena educación para su hijo, quién fue creciendo e ingresó a estudiar economía en una de las mejores universidades. Su hijo se graduó con honores, regresó a su casa y notó que su padre continuaba con la misma vida de siempre y tuvo una seria conversación con él: Papá ¿es que usted no ha escuchado la radio? ¿No ve televisión y no lee los periódicos? ¡En estos momentos existe una gran crisis en el mundo! ¡Y la situación de nuestro país es muy crítica, de hecho cuando a Estados Unidos le da un resfrío a México le da pulmonía! Todo está muy grave y nuestro país va a quebrar.
Después de escuchar las consideraciones de su hijo estudiado, el padre pensó: Pues bien. Si mi hijo es economista, lee los periódicos y está bien informado entonces él tiene toda la razón. Y con miedo a esa crisis tan fuerte comenzó a tratar de ahorrar lo más posible, comprar la carne y verduras de más baja calidad, para economizar dejó de hacer sus carteles de propaganda y a cerrar más temprano para no gastar luz. Abatido por la noticia de la crisis ya no gritaba con ganas y trataba a los clientes con desánimo y mal humor.
Tomadas todas estas precauciones, el negocio comenzó a caer y caer llegando a niveles insoportables, lo que antes generaba un recurso para que su hijo estudiara Economía y tener buena calidad de vida ahora estaba por los suelos. Finalmente quebró y fue cerrado.
Entonces el padre, muy triste, le dijo al hijo: “hijo, tenias razón, estamos en el medio de una gran crisis” y le comento orgullosamente a sus amigos: “bendita la hora en que envié a mi hijo a estudiar Economía, el me aviso de la crisis……”
Nuestros actos diarios son los que deciden nuestras situaciones, según como actuamos en nuestra vida así nos va. Nuestra gloria o infierno que vivimos tiene que ver mucho con nuestra elección.

Hoy se nos revela una gran verdad evangélica respecto a nuestra salvación o nuestra condenación según sea el caso. Es la contestación a las personas que preguntan: “si Dios nos creó, ¿porqué después nos manda al infierno?”: la Palabra hoy responde que Dios no condena, ni desea la perdición del hombre, Dios no nos manda al infierno, Dios no nos manda a la muerte y a las tinieblas; es cada uno el que elige el infierno o la gloria de Dios, la muerte o la vida, las tinieblas o la luz, la salvación o la condenación.
Cada uno somos el arquitecto de nuestro propio destino. En esta vida nos vamos fabricando la casa en la que vamos a vivir por toda la eternidad. Tenemos todos los medios: el espacio, los elementos, los cimientos, contamos con el proyecto de Dios que es el plano perfecto para hacer de nuestra vida un verdadero cielo. Pero cada uno tendrá que ir edificando día con día, poniendo un ladrillo bien colocado encima del otro, con cada actitud, con cada oración, con cada obra de amor. Lo sorprendente es que ya desde hoy podemos disfrutar de esa obra según hayamos avanzado en ella. Si alguien elige sentarse de brazos cruzados, no plantar, no edificar, el resultado ya sabemos cuál es: no gozará de sus frutos, no tendrá la dicha de recibir las llaves de su mansión, porque simplemente no le ha interesado trabajar en ella. La salvación en ese sentido, sólo depende de cada uno de aceptar la obra de Dios en Cristo Jesús, de creerle y de optar fundamentalmente por Él. Porque Dios ya hizo todo lo que tenía que hacer para salvarnos.
“La causa de la condenación es esta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz”.
Las tinieblas son confusión y desorden porque no hay distinción ni claridad. El hombre se aprovecha de este caos para ocultar las intenciones oscuras de su corazón y se esclaviza a sí mismo en una caverna oscura de donde ya no puede salir por sí mismo. Preferir la luz es vivir en la verdad de Dios, es asumir un compromiso libre y responsable con Él, con la humanidad y consigo mismo desempeñando el papel que juega en el mundo con entusiasmo y convicción.
Elegir la luz de Cristo es vivir en la coherencia aportando la luz de Dios que habita en uno para tener un mundo lleno de luz.
¿Cómo exigir un planeta limpio si en vez de cuidarlo lo destruimos y contaminamos?
¿Cómo recibir un país seguro si optamos por la mordida y la corrupción?
¿Cómo terminar con el narcotráfico si se descuidan los hijos y no se les forma bien en los valores del Evangelio?
¿Cómo terminar con los robos a domicilio si seguimos comprando artículos sin factura en la calle?
¿Cómo tener una juventud sana si se promueven más los expendios de licor y cantinas que los centros recreativos e instituciones de formación?.
¿cómo es el México que quieres, el hogar que anhelas, la vida que deseas?
Recuerda que las decisiones que tomes hoy son las que determinarán tu futuro, que lo que siembres el día de hoy es lo que cosecharás mañana. Ten presente que tú puedes elegir el cielo o el infierno desde este momento: Aceptando o rechazando la luz de Cristo, construyendo o desparramando, amando u odiando. Tu eliges!!!

P. Raúl

domingo, 15 de marzo de 2009

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

Del santo Evangelio según san Juan: 2, 13-25
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre".
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora. Después intervinieron los judíos para preguntarle:"¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?". Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?". Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho. Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en Él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque Él sabía lo que hay en el hombre.
Palabra del Señor.


COMENTARIO
En un centro comercial una pareja se acercó a comprar un artículo. La dependiente les atendió solícita y no se percató que al darles el cambio, se le fue la mano y les dio mucho dinero de más. Ellos, que tenían prisa, tampoco se dieron cuenta del error.
Ya fuera del centro comercial fueron a un restaurante. Al revisar su billetera, el hombre se percata de que había recibido dinero de más; Se había dado una confusión de la denominación de los billetes. El dijo a su pareja que debían ir de inmediato a devolver lo que no era suyo, y retornaron al centro comercial enseguida.
Al acercarse hacia la dependiente, la llamaron aparte para no avergonzarla ante otros ni complicarle la vida. - Señorita, usted me dio dinero de más como cambio de la compra que le hice hace unos minutos. Aquí le devuelvo su dinero y deme lo que es correcto y tenga más cuidado la próxima vez. La mujer se quedó boquiabierta y, siendo responsable, llamó a su jefe de sección y le explicó de qué se trataba.El hombre se acercó presto a la pareja, asombrado también, y le explicó al honrado caballero: - Señor, ¿ve esa cámara de TV? Allí se ha grabado todo, desde que usted hizo la compra, cuando se le dio cambio de más y ahora que usted ha retornado ese dinero que por error se le dio. Nuestra compañía quiere honrarle y pedirle que nos permita publicar este hecho ejemplar que ya casi no se da en estos días.
Un tanto nervioso, el aludido tomó del brazo al jefe de sección de ese centro comercial y, en voz baja le dijo: - Señor, olvídese de lo ofrecido; si usted hace eso me pondría en problemas.Yo soy casado, y la mujer que está conmigo no es mi esposa. !!!
Los mandamientos de la Ley de Dios son el camino perfecto para ser personas íntegras, hijos de Dios en toda la extensión de la palabra, cristianos auténticos y coherentes. Estos mandamientos siguen teniendo vigencia, no han pasado de moda, continúan en función como señales que nos conducen al Reino de Dios. todos los diez, sin menospreciar alguno. porque si uno falta, el camino pierde su meta. puede ser que de pronto negociemos con ellos, enfatizando más en los que nos parecen sencillos para dejar de practicar los que nos resultan más difíciles. puede ser que nos volvamos unos fanáticos de la honradez pero seamos unos expertos en la infidelidad como los personajes del ejemplo, puede ser que nos resulte muy fácil no matar, pero nos quedamos con lo que no nos pertenece. o que amemos a Dios haciéndole altares y monumentos y a nuestro hermano lo tratemos con la punta del pie. los mandamientos o se cumplen o no. y la medida para cumplirlos o dejar de cumplirlos es -o se ama o no se ama- Cuando se trata de cumplir sin amor, no se está convencido y se caerá en la superficialidad y la incoherencia, en cambio cuando se ama, por consecuencia se cumple la ley de Dios, porque el que ama no hace daño, le da a cada quien su lugar y su espacio y lo que le corresponde, es por eso que el amor y la justicia van de la mano.

El Evangelio de este domingo puede sorprender a muchos e incluso confundir a otros tantos. normalmente imaginamos a Jesús haciendo oración, sanando enfermos, en una cruz, resucitado, pero casi nunca lo imaginamos enojado. mucho menos azotando gente y aventando cosas. No obstante esta faceta de Jesús nos muestra en lugar de una indiferencia y distanciamiento de Dios con la humanidad, a un Dios apasionado y comprometido con el ser humano, por rescatar lo que le pertenece, por purificar lo que se ha corrompido. Un Dios que es amor y que ama con corazón de hombre y busca esa respuesta en el interior de la persona. Ese Dios que hace que nuestros cuerpos muertos por el pecado, resuciten para convertirse en templos vivos de alabanza, adoración y encuentro con Él, es el Dios que se hace débil en una cruz para hacernos fuertes a los hombres, el que lo entrega todo para enseñarnos que es en la donación de sí mismo donde uno se gana . Jesús nos viene a decir que él es el verdadero Templo, la imagen viva del Padre, el amor en persona. Que si el mal destruye él restituye. viene a pedirnos en esta ocasión que dejemos de negociar la vida con su enemigo la muerte, que le pertenecemos y que se ha construido en nuestras personas una morada para él. que no permitamos que ese lugar lo ocupe el dinero, los vicios, el placer, ni cosa ni persona alguna que no sea él.


P. Raúl

sábado, 7 de marzo de 2009

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

EVANGELIO SEGUN SAN MARCOS 9,2-10

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Estaban asustados y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: “Este es mi Hijo amado; escuchadlo”. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:”No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos”. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos”. Palabra del Señor.



COMENTARIO

De un domingo a otro ha cambiado el escenario: el domingo pasado contemplábamos a Jesús en la soledad del desierto y en una lucha contra satanás, hoy lo vemos en la cima de un monte acompañado de seres terrenales y celestiales.
En el seguimiento de Jesús, el cristiano pasa por estos mismos escenarios, que no puede comprender por sí mismos si no tiene la firme confianza de que para llegar al oasis de la Resurrección es necesario atravesar desiertos, subir montañas llenas de luz y de grata compañía, bajar de ellas y recorrer caminos pedregosos, tomar la cruz cuesta arriba para encaminarse a otro monte oscuro y lleno de soledad.
No podemos ser discípulos y misioneros de Jesús si nuestra experiencia con él se ha reducido a un solo sitio de encuentro; ya sea en los instantes de gozo resplandeciente como los que se dan en un retiro, o los tragos de dolor inmenso de la prueba y del sufrimiento de la cruz que se viven en la enfermedad, en el abandono o en la pérdida de un ser querido. Ser discípulo implica no sólo seguir al Maestro sino también extasiarnos con él en la oración y padecer con él en la cruz. Ser misionero requiere conocer las diferentes partes del camino, para no anunciar una verdad a medias, sea anunciar la cruz sin la gloria o la gloria sin la cruz.

La realidad es que esta generación en vez de configurarse con Jesús, se ha ido desfigurando más y más y necesita de una transformación, una transfiguración con Jesús, una purificación de corazón. Como lo dicen los obispos de la provincia de Chihuahua en la carta pastoral “déjense reconciliar por Dios” debido al problema crucial de la violencia que asola nuestra entidad: “Ya no podemos negociar con el mal que hemos dejado entrar, y necesitamos cambiar desde adentro hacia fuera. No es sólo el gobierno, ni los militares, ni las cárceles lo que puede dar solución a lo que pasa. Somos todos, cambiando desde dentro, quienes podemos construir un mundo nuevo”.
¿Cómo hemos dejado entrar el mal? Hace tiempo, en el año 1969, unos especialistas en la sicología social, de la universidad de Stanford en los E. U. Hicieron un experimento: colocaron dos carros idénticos uno en un barrio pobre y conflictivo de Nueva York, otro en una zona rica y tranquila de Los Ángeles; California. El grupo de estudiosos observaban con atención la conducta de la gente en ambos lugares: el resultado fue el siguiente: el auto abandonado en el barrio de Nueva York, en unas cuantas horas fue desmantelado, le quitaron llantas, asientos, stereo, espejos, hasta el motor y transmisión, y cuando no quedaba ninguna pieza que se pudieran llevar, comenzaron a destruirlo. En cambio el auto abandonado en la zona tranquila de los Ángeles, permaneció allí intacto. Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Sin embargo el experimento no finalizó ahí. Resulta que los estudiosos quebraron uno de los vidrios del automóvil que había permanecido intacto por una semana, y se suscitó lo mismo que en el barrio pobre; el carro fue victima del vandalismo hasta reducirlo a chatarra. Un vidrio roto de un auto abandonado en una zona segura y rica, es capaz de ocasionar todo un proceso delictivo. Un vidrio roto transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo con los códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas y de reglas. James Q, Wilson y George Keeling desarrollaron una teoría que se llama “las ventanas rotas” concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.
Si se rompe el vidrio de una casa y no se repara, en poco tiempo todos los vidrios estarán rotos. Si una comunidad tiene signos de deterioro y eso parece no importarle a nadie, entonces allí se genera el delito. Si se cometen pequeñas faltas pronto habrá faltas graves.
Miramos nuestro mundo y nos encontramos con tanto rostro desfigurado por el dolor, el hambre, el miedo que se ha sembrado y paraliza, la desconfianza, la impotencia ante tanta muerte y por otro lado la depresión por las cuestiones económicas, la misma creación de Dios la hemos alterado y desfigurado. Necesitamos volver los ojos hacia el que todo lo transforma, necesitamos dejarnos reconciliar por Dios y reparar nuestros vidrios rotos, mirar nuevamente la nube que es señal de que Dios sigue con su pueblo y escuchar esa voz, profunda y potente que dice: “este es mi hijo muy amado”. Necesitamos crecer en la fe y abandonarnos totalmente a la voluntad del Padre, que lo da todo por sus hijos, incluso a su propio Hijo.



P. Raúl

La Cuaresma
tendría que ser un tiempo
para “ayunar” alegremente de ciertas cosas
y también para “hacer fiesta” de otras.
En este tiempo deberíamos:
- ayunar del juzgar a los demás y
festejar que Dios habita en ellos.
ayunar de fijarnos siempre en las diferencias
y hacer fiesta por lo que nos une en la vida.
ayunar de las tinieblas de la tristeza
y celebrar la luz.
ayunar
de pensamientos y palabras enfermizos
y alegrarnos
con palabras cariñosas y sanadoras.
ayunar de desilusiones
y festejar la gratitud.
ayunar de la rabia
y festejar la paciencia santificadora.
ayunar de pesimismos,
vivir la vida con optimismo
como una fiesta continua.
ayunar de preocupaciones,
quejas y egoísmos;
festejar la esperanza
y la Divina Providencia.
ayunar de prisas y agobios;
hacer fiesta en oración continua
a la Verdad Eterna.

viernes, 27 de febrero de 2009

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse aldesierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allíentre animales salvajes, y los ángeles le servían.
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea parapredicar el Evangelio de Dios y decía: "Se ha cumplido el tiempo y elReino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.




Comentario:
Ultima noticia!!!
Satanás convocó a una convención mundial de demonios…

En su discurso de apertura dijo:'No podemos hacer que los Cristianos dejen de ir a la Misa. No podemos evitar que lean su Biblia y conozcan la verdad. tampoco que practiquen sus valores fundamentales y su piedad popular, muchomenos que organicen cada año el vía crucis viviente, ni sus novenarios.No podemos evitar que formen una relación Intima con su Salvador.
Y una vez que establecen esa conexión con Jesús, nuestro poder sobre ellos se pierde.""Así que déjenlos asistir a sus iglesias; déjenlos que tengan sus eucaristías, déjenlos preparar el vía crucis viviente pero RÓBENLES SU TIEMPO, de manera que No tengan tiempo para desarrollar una relación con Jesucristo.""Esto es lo que quiero que hagan", dijo el diablo. Distráiganlos de querer obtener esa unión con su Salvador y de querer mantener esa conexión vital durante todo el día!""¿CÓMO HAREMOS ESO?" gritaron sus demonios."Manténganlos ocupados en las vanidades de la vida e inventen innumerables proyectos que ocupen sus mentes," respondió."Tiéntenlos a GASTAR, GASTAR, GASTAR, y preocuparse, ocuparse y desesperarse.""Persuadan a las ESPOSAS para que vayan a TRABAJAR POR LARGAS HORAS y a los ESPOSOS a trabajar 7 DIAS CADA SEMANA, 10-12 HORAS al día, para que puedan COSTEARSE sus estilos de vida FRIVOLA Y VACIA".No dejen que pasen tiempo con sus hijos. A medida que sus FAMILIAS se FRAGMENTEN, pronto, sus hogares dejaran de ser un refugio a las presiones del trabajo!Tiéntenlos a que escuchen sus radios o reproductores de música siempre que conduzcan sus vehículos. A que mantengan constantemente encendidos, en sus hogares, su TV, VHS, CDs y sus computadoras, esclavícenlos de sus celulares de tal manera que cuando están en Misa, no puedan concentrarse por estar atendiendo llamadas de afuera, hagan que suene a cada momento el celular en las homilías y especialmente en el momento de la consagración para que todos se distraigan de la presencia de Jesús y se vayan vacíos de él, asegúrense que sus mentes estén tan ocupadas en todo menos en Dios. Que al salir, en cada esquina haya chismes y malos comentarios que les robe la paz, que en cada tienda y restaurante del mundo se toque constantemente música estridente, de manera que no haya espacio para el silencio en el cual puedan escuchar la voz de Cristo... "atiborren sus mentes con todo esto, para romper su UNION CON CRISTO y ya no puedan escuchar la suave voz del Espíritu.""Bombardeen sus mentes con noticias de muerte las 24 horas del día. Inunden sus buzones con correo basura, catálogos y toda clase de boletines y anuncios que degraden su moralidad, ofreciendo gratuitamente productos, servicios y FALSAS ESPERANZAS.""Pongan modelos bellas y sensuales en las revistas y en la TV para que sus ESPOSOS crean que la belleza exterior es lo que importa, y se sientan INSATISFECHOS con sus ESPOSAS.""Mantengan a las ESPOSAS demasiado agotadas para amar a sus esposos. DENLES DOLORES DE CABEZA. Si ellas no les dan a sus esposos el amor que necesitan, ELLOS LO EMPEZARAN A BUSCAR EN OTRA PARTE. ¡Eso fragmentara sus familias RAPIDAMENTE!"En la SEMANA SANTA hagan que se desvíen sus pensamientos hacia las playas y lugares donde nada les recuerde que Jesús murió por ellos. Que los niños NO CONOZCAN su verdadero significado, ni hablen de JESUS, de su resurrección y de su poder sobre el pecado y la muerte.""Aun en sus horas de esparcimiento y distracción, háganlos que sean excesivos. Que regresen de divertirse denigrados y agotados"."Que estén demasiado ocupados como para poder salir a la naturaleza y reflexionar sobre la creación de Dios. Manténganlos OCUPADOS, OCUPADOS, OCUPADOS!""Y cuando tengan reuniones de grupos de oración, involúcrenlos en chismes y charlatanería que causen divisiones entre si, para que salgan de allí enemistados y perturbados, hagan que se desgasten en la competencia de haber quien es el mejor y cual el peor .""Por último, invítenlos a creer en las soluciones fáciles para sus problemas; que sean las cartas, las pirámides, las velas, los colores, la lectura del café, los astros, hasta los mismos ángeles sus verdaderos dioses".Pronto, toda esta gente estará trabajando por el bien de nuestra causa, sacrificando su salud y su familia. "FUNCIONARA!" "FUNCIONARA!"Era todo un plan! Los demonios se dispusieron animosos a sus tareas haciendo que los cristianos en todas partes se volviesen más ocupados y tuviesen que hacer las cosas más a prisa, yendo de aquí para allá sin descanso, teniendo poco tiempo para Dios o sus familias.
La pregunta es: ¿HA TENIDO ÉXITO EL DIABLO EN TU VIDA CON SU PLAN ? Seguramente tú sabes hasta donde ha tenido éxito. Es muy probable que te haya tentado una y otra vez como lo ha hecho con todos y hasta con el mismo Jesús. La intención del maligno es clara: frustrar el plan divino de salvación, evitar que el amor de Dios fluya como una fuente tratando de obstaculizar la gracia divina que engendra vida a su paso. Como verdadero hombre, Jesús es tentado por el demonio, pero le ha resistido, porque los hombres por la gracia de Dios podemos resistir con Jesús y vencer como Él. Como dice el Apóstol: “El demonio anda como león rugiente buscando a quien devorar, resístanle en la fe” (1Pdr 5, 8.)
Por nuestra experiencia sabemos que el camino del bien tiene tantos obstáculos y en cambio para hacer el mal basta desearlo. Todo el tiempo hemos de practicar el bien, todo el tiempo hemos de amar a los hermanos, todo el tiempo hemos de hacer oración y tener momentos de ayuno, saber renunciar a lo material para alcanzar los bienes espirituales. Todo el tiempo hemos de tener estas actitudes, pero especialmente la Cuaresma es el tiempo en que hay que enfatizar nuestra identidad cristiana, en que hemos de tomar fuerza para atravesar el desierto con la esperanza cierta de que un gran oasis nos espera. Caminar en estas condiciones es difícil, pero si caminamos con Cristo sabemos que no moriremos abandonados en el camino, que los mismos Ángeles nos servirán como a Cristo, el Pan bendito que contiene en sí mismo toda la vida, la fuerza y el amor para llegar hacia Él.
P. Raúl

domingo, 22 de febrero de 2009

VII DOMINGO ORDINARIO.

Lectura del libro de Isaías (43,18-19.21-22.24b-25):Así dice el Señor: «No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza. Pero tú no me invocabas, Jacob, ni te esforzabas por mí, Israel; me avasallabas con tus pecados y me cansabas con tus culpas. Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.»Palabra de Dios.


Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,1-12):Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.»Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: «¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?»Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...»Entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.»Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual.»Palabra de Dios.






COMENTARIO

Un día, dos niños estaban patinando en una laguna congelada. La tarde era fría y nublada, pero los niños se divertían haciendo piruetas y jugaban sin preocupación, riéndose de sus travesuras.
De pronto, el hielo se rompió y uno de los niños cayó al agua. El otro niño, viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas, hasta que logró romperlo, pudiendo así rescatar a su amigo.

Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron como lo había hecho ya que el hielo era demasiado grueso. Es imposible que lo haya podido romper con esa piedra y esas manos tan pequeñas, comentaban entre ellos.
En ese instante apareció un anciano y dijo:
¡Yo se cómo pudo hacerlo!
¿Cómo? , preguntaron todos.
Pudo hacerlo, porque no había nadie alrededor de él para decirle que no podía hacerlo.

Siempre las barreras nos las ponemos nosotros los humanos. Obstáculos grandes que nos impiden alcanzar grandes cosas. Nos quedamos contemplando nuestro pasado, rebuscamos en nuestra historia y tristemente sólo podemos encontrar eso: el pecado, que una y otra vez nos señala que nada valemos, que nada podemos, que no saldremos de donde mismo. El pecado no sólo daña nuestro corazón, sino que también trastorna nuestra mente y busca aparecer más grande ante nosotros que la misma misericordia de Dios, porque nubla la mirada y distorsiona la realidad. Nos hace sentirnos “basura” y tristemente se lo creemos y nos dejamos llevar por cualquier viento terminando en el basurero porque pensamos que ese es nuestro lugar.

Tener fe, significa mirar con los ojos de Dios. En la medida que tengamos fe veremos las cosas, el mundo, la vida según Dios, el artífice de nuestras vidas, que lo ha creado todo y porque Él es bueno y es bello, todo lo que hace es bello y bueno. Dios nos mira a nosotros, no nuestros pecados. El mira nuestra historia diferente, porque en cada minuto de nuestra existencia ha estado con nosotros, y como el mejor de los padres, tiene grabados en su corazón esos momentos, como un álbum fotográfico donde Él ha derramado su amor y ha hecho desbordar su misericordia a favor de sus hijos muy amados. Ese es Dios, el que ya no se acuerda de los viejos pecados, el que nos invita hoy a dejar la camilla de nuestro pasado que nos ha invalidado y asumirlo llevándolo no como una carga, sino como la experiencia que nos ha permitido crecer. Sanar nuestro pasado significa poder mirarlo y hablar de él sin dolor. Nunca olvidemos que la sanación que Jesús nos ofrece, abraza todos los momentos de nuestra vida, el pasado, el presente y el futuro, en todas las dimensiones de la persona: espiritual, humana, intelectual, pastoral. Sólo quien ha sanado puede vivir una relación plena con Dios, con los hermanos, y puede continuar en un proceso como discípulo y misionero. Sólo quien está sano puede ayudar a sus hermanos a encaminarlos hacia Jesús, haciendo equipo con los demás para poder sostener la camilla e ingeniárselas para hacer un boquete en el techo de este mundo, lo suficientemente amplio para estar en contacto con Dios, derribando las vigas que nos separan de Él.
Hay tantos paralíticos espirituales, incapaces de acercarse por sí mismos a Jesús en la Eucaristía. Tantos que cojeamos en nuestra práctica religiosa, trastabillando en las cosas de Dios, cuya oración se realiza solamente en los periodos de examen, en los momentos de crisis o en las salas de los hospitales.
Lo que el mundo necesita hoy es gente dispuesta a especializarse en las cosas imposibles, que crean lo que hacen, que hagan lo que creen, que pidan y profesen su fe desde la azotea y no desde el sótano, que salgan al encuentro venciendo los obstáculos y no ser un obstáculo en el encuentro. Gente que no se conforme en creer en los milagros sino que sean ellos mismos un milagro para que los demás crean en Jesús. Ayudando a los que no pueden llegar es como se puede llegar a Jesús.
P. Raúl

sábado, 14 de febrero de 2009

VI DOMINGO ORDINARIO




Evangelio (Mc 1,40-45): En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso suplicándole, y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. Le despidió al instante prohibiéndole severamente: «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes. Palabra del Señor
COMENTARIO
Después de una gran crisis financiera, un hombre perdió su casa, y tuvo que rentar una. Por mala fortuna, el Dueño era una persona sumamente fastidiosa, frecuentemente tocaba a la puerta para advertir que no colocaran clavos en la pared, que el jardín debería de estar arreglado de determinado modo, que si el agua, que la luz, que el dinero de la renta, que los niños, etc., etc. El tiempo pasaba y a este hombre cada vez se le hacía más difícil la vida, no podía vivir en paz y no encontraba otro sitio donde hospedarse con su familia. Resulta que un buen hombre, que se dio cuenta de aquella situación, se compadeció y trató de comprar aquella vivienda ofreciendo una suma considerable que el dueño no pudo rechazar. Después de haber adquirido dicha propiedad, el buen hombre se dirige a la que ahora es su casa, toca respetuoso la puerta y el hombre sale desconfiado, se presenta y le dice que es el nuevo dueño, que de ahora en adelante puede vivir tranquilo. El hombre se siente en paz y agradecido, pero apenas cierra la puerta vuelve a escuchar unos toquidos y abre sin miedo alguno, es el antiguo dueño que se acerca para advertirle que está obligado a seguir cuidando esa casa como le había indicado, por haber pertenecido a él desde hace mucho tiempo, el hombre lo para en seco y le dice: “usted ya no es dueño de esta casa, si quiere algo hable con el nuevo dueño, ahora váyase y no me moleste más. Usted no tiene nada que hacer aquí.

La llegada de Jesús, el nuevo dueño de nuestras vidas que nos ha rescatado a un precio muy alto (el derramar su propia sangre por nosotros en la cruz), nos ha de dar la seguridad y la confianza porque la casa que habitamos es su morada. Somos de Él, el nos ha tocado y nos ha sanado de la lepra del pecado que muchas veces amenaza con brotar nuevamente. El pecado que aunque ya no le pertenecemos, sigue tocando a nuestra puerta para recordarnos nuestro tiempo pasado, para robarnos la paz y la alegría que el Señor Jesús ha sembrado en nuestros corazones. Situémonos un poco en nuestra realidad y descubramos las trampas del mal que frecuentemente nos hacen caer y perder la paz que anhelamos a nivel personal, familiar y comunitario. Esas trampas son el miedo, la incertidumbre y la angustia. Se habla de crisis económica y nos echamos a temblar, como si Dios nos fuera a abandonar, pero lo más grave es que dejamos de hacer lo que tenemos que hacer; es cierto que Dios alimenta a los pajarillos, pero también es cierto que los pajarillos salen del nido a buscar su propio alimento. Los tiempos nuevos traen consigo retos nuevos, y para que las cosas funcionen mejor, lo primero es conocer a Jesús que no cambia, que sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre, es el mismo que se compadece, que ama y se entrega; dejarnos guiar por su ejemplo, por su Evangelio. En este tiempo de violencia urge aprender a vivir en familia practicando los valores fundamentales, el amor, el respeto, la unidad, la fraternidad. Que existan verdaderos actos de amor y signos de reconciliación de unos con otros. El cambio verdadero no lo debemos de esperar en los gobiernos sino en nuestros corazones, no en los sistemas sino en nuestra conversión personal hacia Dios. Es el tiempo de oportunidad para relacionarnos sanamente con las cosas materiales, de no malgastar, de cuidar lo que Dios nos da, los recursos naturales y el medio ambiente, evitar la vanidad y las falsas apariencias, cuidarnos a nosotros mismos, nuestra familia, nuestros trabajos. Porque lo que tenemos, muy fácilmente lo podemos perder. La lepra comienza con una pequeña mancha blanca en la piel, también nuestros grandes males comienzan con pequeños signos de maldad, un desprecio, una falta de atención o de aceptación. Las calamidades por las que pasamos actualmente son como una lepra que se ha pegado a nuestro pueblo, que han comenzado en una familia, en una escuela, en una calle y que se ha ido extendiendo a todos lados. Es el momento de que el pueblo de Dios se ponga en cuarentena y se purifique, para que se limpien y sanen las estructuras e instituciones. Para que la familia, el gobierno y la Iglesia sean el espacio donde cada persona viva su libertad y responda a su vocación personal como Hijo de Dios.
P. Raúl

domingo, 8 de febrero de 2009

V DOMINGO ORDINARIO.

I Corintios 9: 16 - 19, 22 - 23

Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!
Si lo hiciera por propia iniciativa, ciertamente tendría derecho a una recompensa. Mas si lo hago forzado, es una misión que se me ha confiado.
Ahora bien, ¿cuál es mi recompensa? Predicar el Evangelio entregándolo gratuitamente, renunciando al derecho que me confiere el Evangelio.
Efectivamente, siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda.
Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos.
Y todo esto lo hago por el Evangelio para ser partícipe del mismo.



Evangelio
Mc 1,29-39. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: - «Todo el mundo te busca.» Él les respondió: - «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.» Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

comentario:

El infierno ya estaba repleto y atrás de la puerta una larga fila de gente que buscaba un lugar.... porque nadie tenía alguno, y esto es algo angustiante. El diablo se había visto en la necesidad de bloquear la entrada a los nuevos candidatos.
Contamos sólo con un lugar libre y obviamente es exclusivo para el más gordo de todos los pecadores, para el más empedernido, afirmó el demonio, convencido del éxito de aquél lugar. Comenzó el escrutinio: ¿existe por aquí algún sicario, para asignarle su lugar? Nadie respondió, por temor a ser acribillado. Entonces, para encontrar al peor de todos, el diablo comenzó por examinar a cada uno de los de la fila. Después de un tiempo, vio a uno medio songo, que se escabullía y parecía pasar inadvertido...de aquellos que al demonio no se le escapan. A ver tú ¿porqué estás aquí? ¿qué es lo que has hecho? . Nada, nada he hecho, lo puedo asegurar. No he hecho nada. ¿cómo que nada?, nadie está aquí por equivocación. De verdad no he hecho nada, insistía aquel pobre hombre, convencido de que su proceder en el mundo siempre había sido el mejor, pues nunca había hecho nada. Seguramente has hecho algo, se rió el diablo, (de echo siempre lanza tremendas carcajadas cuando alguien miente, por ser el padre de la mentira) todos han hecho algo. Claro que sí, todos han hecho algo menos yo, insistía aquél hombre. Yo soy testigo de lo que han hecho: entre los hombres hay persecución y muerte, pero yo nunca he participado en esas tremendas cacerías, dejan morir a los niños de hambre y los venden como esclavos, tienen marginados a los débiles como basura, se engañan constantemente los unos a los otros, inventando historias fantásticas, pero yo... yo resistí a todas esas tentaciones y no hice nada, nunca hice nada.
¿absolutamente nada? Insistió el demonio... lo juro... nada.
Y usted ¿está seguro de haberlo visto todo?... todo lo he visto, todo. Es algo tremendo!!!! yo no se por qué existe gente así.
¿Y después de haber visto todo, no hiciste nada para ayudar?.
Noooooooooooooo!!!!!, gritó con la mirada perdida el pobre hombre, hay de mí!!!!.
El diablo volvió a reír con sarcasmo....Entra amigo mio, el lugar es tuyo.
Hay de mí!!! una exclamación de auto compasión. Hay de mi que siendo apóstol no cumplo con mi obligación de llevar el Evangelio. De ser portador de Jesús. Hay de aquél que calla cuando tiene el compromiso de hablar y guarda silencio por cobardía. Porque el silencio y la indiferencia de un cristiano, de un bautizado ante el dolor de un hermano son el principio de un enorme mal en el corazón humano, pues lo destruye y destruye su fe, su esperanza y su confianza. para evangelizar primeramente hay que hacernos evangelio vivo, el Evangelio es una persona, no es un rollo o sermón, el Evangelio es Jesús mismo.


Para evangelizar primero hay que ser evangelio; pero no se puede ser por sí mismo. hemos de identificarnos con Jesús, como Jesús se identifica con el Padre. se encuentra con él a solas, se escabulle de entre la multitud, pero luego vuelve compasivo, misericordioso, dispuesto a ir más allá, se deja tocar, hace mucho por sus hermanos, pero no deja que se sientan dueños de él, no es exclusivo de nadie.


El mundo de hoy está necesitado de esa cercanía de Jesús, a través de nuestra propia cercanía y compasión. el mundo está enfermo, tiene fiebre de poder, postrado ante las riquezas vislumbrantes de la tierra. Necesita urgentemente se le comunique el Evangelio de Jesús, para que pueda levantarse y servirle. El que de verdad está sano, sirve con prontitud, pues la salud la da el amor de Dios y entre el amor y el servicio la distancia no existe.

Pidamos a Dios, nuestro Señor, sane nuestras enfermedades, para poder levantarnos y servirlo. en el servicio se encuentra la salud del alma y el amor se fortalece.




P. Raúl

sábado, 24 de enero de 2009

III DOMINGO ORDINARIO. Conversión de San Pablo



Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 1, 14-20
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio".
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres". Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca la su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

COMENTARIO

Hoy deseo compartir esta fábula de J. I. González Faus, del enano y el gigante con una adaptación propia:
Resulta que un gigante se disponía a atravesar un profundo río y se encontró en la orilla con un enano que no sabía nadar pero deseaba atravesar el profundo río. El gigante lo cargó sobre sus hombros y se metió a las aguas con él.
Hacia la mitad de la travesía, el enano, que sobresalía casi medio metro arriba de la cabeza del gigante, alcanzó a ver, sigilosamente apostados tras la vegetación de la otra orilla, a los indios de una tribu que esperaban con sus arcos a que se acercase el gigante.
El enano inmediatamente notificó al gigante lo que estaba pasando a la otra orilla, este se detuvo con prontitud, dio media vuelta y comenzó a retroceder. En aquel momento una flecha disparada desde la orilla se hundió en el agua cerca del gigante, pero sin haber podido ya llegar hasta él. Así ocurrió con otras sucesivas flechas, mientras ambos -gigante y enano- salían a la orilla sanos y salvos.
El gigante dio las gracias al enano, pero este replicó: - “si no me hubiese apoyado en ti, me hubiera sido imposible ver más lejos que tú.
¿que ver con la conversión personal? Muchísimo!! sin la fe somos pequeños pigmeos ciegos, incapaces de andar un camino bien definido porque careceríamos de la visión desde lo alto. Este enano, nos representa a ti y a mí.. el gigante es la fe que nos sostiene y nos encamina por donde no podemos por sí mismos transitar, pero que puede ser acribillado cuando ignoramos los peligros que le rodean si no la defendemos a tiempo, ,y si ella cae, nosotros nos ahogamos en las corrientes contrarias que nos invaden.
Dice un dicho que cambiar de opinión es de sabios. Cambiar de actitud digo yo, es de santos. Esos grandes santos que tuvieron una gran conversión en su vida, son ahora el testimonio que perdura a través del tiempo. Grandes hombres, mujeres, de todas las edades y condiciones que fueron capaces de ver en el horizonte del camino recorrido flechas llenas de veneno mortal, las flechas del pecado que contenían en sí mismas todo el poder de la muerte, pero al mismo tiempo, tener la valentía de desandar el camino y reencontrarse con los horizontes de la vida. Hoy en día hace falta que todos los hombres y especialmente los cristianos que nos hemos acomodado en nuestro caballo que cabalga en caminos contrarios al camino transitado por el Señor, nos arriesguemos a dar una salto, dejar que nos tumbe aunque nos duela. Esa es la conversión de San Pablo, que celebramos hoy y que tiene mucho que ver con nuestra propia conversión: dejar incluso lo que nos duele mucho dejar. Nuestras comodidades, nuestras seguridades y los primeros lugares que frecuente e inconsciente o consientemente buscamos. Por la conversión toda una inmensa ciudad, la de Nínive se salvó de ser destruida. Es por eso que la conversión, desandar el camino del mal para volverse hacia el camino del bien, es la única esperanza de que nuestro mundo, nuestro país, nuestro pueblo se salve, es la única solución para recuperar la paz y el amor entre los hombres. Da la impresión de que el mundo de hoy es como un enano que se cree gigante, camina sin ver y no se da cuenta de las flechas cargadas de veneno que pretenden terminar con él, el hombre es el único ser en la tierra que se autodestruye, es el único capaz de decidir, y lo más triste es que frecuentemente elige su propia destrucción.
Conversión es volcar nuestro corazón hacia el Dios de nuestra vida, es hacer un alto para tomar conciencia donde estamos parados, hacia donde nos lleva ese camino y ser capaces con la ayuda de Dios de volvernos hacia él, nuestro principio y fin.
P. Raúl