sábado, 20 de diciembre de 2008

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO




II Samuel 7: 1 - 5, 8 - 12, 14, 16

Cuando el rey se estableció en su casa y Yahveh le concedió paz de todos sus enemigos de alrededor, dijo el rey al profeta Natán: «Mira; yo habito en una casa de cedro mientras que el arca de Dios habita bajo pieles.» Respondió Natán al rey: «Anda, haz todo lo que te dicta el corazón, porque Yahveh está contigo.» Pero aquella misma noche vino la palabra de Dios a Natán diciendo: «Ve y di a mi siervo David: Esto dice Yahveh. ¿Me vas a edificar tú una casa para que yo habite? Ahora pues di esto a mi siervo David: Así habla Yahveh Sebaot: Yo te he tomado del pastizal, de detrás del rebaño, para que seas caudillo de mi pueblo Israel.
He estado contigo dondequiera que has ido, he eliminado delante de ti a todos tus enemigos y voy a hacerte un nombre grande como el nombre de los grandes de la tierra:
fijaré un lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré allí para que more en él; no será ya perturbado y los malhechores no seguirán oprimiéndole como antes, en el tiempo en que instituí jueces en mi pueblo Israel; le daré paz con todos sus enemigos. Yahveh te anuncia que Yahveh te edificará una casa. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza.
Yo seré para él padre y él será para mí hijo. Si hace mal, le castigaré con vara de hombres y con golpes de hombres, Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono estará firme, eternamente.» Palabra de Dios



EVANGELIO
Lucas 1: 26 - 38
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»
El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril,
porque ninguna cosa es imposible para Dios.»
Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue. Palabra del Señor.



http://www.untaljesus.net/audios/cap131b.mp3
el relato, escuchalo aquí.

Comentario

Una niña en África le dio a su maestra un regalo de cumpleaños. Era un hermoso caracol. "¿Dónde lo encontraste?", preguntó la maestra. La niña le dijo que esos caracoles se hallan solamente en cierta playa lejana. La maestra se conmovió profundamente porque sabía que la niña había caminado muchos kilómetros para buscar el caracol. "No debiste haber ido tan lejos sólo para buscarme un regalo", dijo la maestra. La niña sonrió y contestó: "Maestra, la larga caminata es parte del regalo".

Dios se hace camino cercano, accesible totalmente para sus criaturas, y el camino es parte de su regalo a la humanidad, un camino que tiene un punto de partida y un punto de llegada, un camino que tiene una única meta: el abrazo eterno del Padre con sus hijos.
Lo que me sorprende en estas lecturas es lo que resulta cuando el hombre se dispone a regalarle algo a Dios, cuando es generoso, entregado y comprometido con su creador. El mismo Dios se desborda en generosidad y abundancia, y así cuando David desea construir una casa digna para el Señor; el Señor le promete la perpetuidad de su casa y su Reino, María le ofreció su vida, renunciando a todo interés humano, a realizarse como esposa y como madre, como cualquier mujer puede soñar y Dios la hizo Madre de su Hijo y madre de los discípulos amados del Señor. En este sentido, el camino que emprende el hombre hacia Dios, su respuesta y perseverancia en el andar, también es regalo para Dios, que Él mismo acrecienta y utiliza en favor de sus hijos. Y así el camino recorrido del hombre hacia Dios, como la vereda transitada del hijo pródigo hacia su Padre, es regalo también para el Padre, pues su felicidad era que su hijo retornara hacia Él.
Muchos en estos días hablan de regalos, buscan comprar y regalar y que le regalen, a pesar de las crisis financieras. Y en medio de los ajetreos de las multitudes en las grandes y pequeñas tiendas, Dios pide que te hagas regalo para Él, un regalo como lo fue María: sencillo, humilde, lleno de gracia, adornado con las más finas virtudes y un moño grande que represente el amor a Dios en todas las circunstancias de la vida y que sea entregado totalmente en sus manos: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” que grande regalo de María para Dios, pues se dio a sí misma, no lo que le sobraba o no necesitaba. Regalo que Él vio digno y lo eligió para hacer de su vientre y de su corazón su morada, su casa, el lugar más cálido que encontró preparado para Él.
Pero Dios, hace un verdadero intercambio de dones, a través de alguien que desinteresadamente ofrece lo que es y lo que tiene, y así, si María se hace regalo, don para Dios, Dios también se hace regalo para la humanidad y se deja envolver por la figura delicada de María, haciéndose Él mismo, regalo para nosotros, para que todos disfrutáramos de Él. Qué regalo tan grande de Dios para sus hijos; este es un verdadero intercambio de regalos. Dios nunca se queda con nada, te lo da multiplicado y agigantado. Por eso, se me ocurre una pregunta, la más lógica pero la más ignorada, pues la mercadotecnia y nuestra egolatría, se han encargado de deformarla o de que nos olvidemos completamente de lo más importante: ¿Qué regalo has preparado para Jesús en esta navidad? ¿Qué estás dispuesto a compartir de tu vida, de tu persona, con ese Rey que se acerca?
Recuerda esta frase de Miguel Angel Buonarotti: "La vida es el regalo que Dios nos hace. La forma en que vivas tu vida, es el regalo que le haces a Dios."
Que el niño Dios que está buscando posada, encuentre tu corazón calido y tus ojos llenos de esperanza, para que sea tu corazón su pesebre y tus ojos la estrella que sepa caminar siempre hacia Jesús y brillen con alegría e intensidad, para que los demás también lleguen a contemplarlo y adorarlo.


P. Raúl

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