sábado, 15 de noviembre de 2008

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO. RECTA FINAL DEL AÑO

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25,14-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad; luego se marchó. [El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.]Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."[Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.""]
Palabra del Señor




COMENTARIO:


Al final del año litúrgico, la Palabra de Dios nos invita a reflexionar con esperanza sobre el final de nuestras vidas, el tiempo de la cosecha, y los frutos que hemos de presentar cada uno al dueño de la vida, y ante esta realidad, Jesús nos empuja a ir hacia delante, a no quedarnos lamentando y lloriqueando por lo que no tenemos, sino que con lo poco, que es mucho Dios mismo hace crecer y multiplicar los frutos, porque como decía Mahoma; “la recompensa no está en el resultado, sino en el esfuerzo realizado bajo la mirada de Dios”.
Un talento corresponde a 30 kilogramos de plata, que es la que respalda dicho valor de esta moneda. A cada uno de nosotros ¿qué es lo que nos respalda? ¿Cuál es nuestro valor ante la vida?. Simplemente démonos cuenta que Dios ha puesto en nuestro cuerpo cerca de 800 mil millones de células que trabajan ordenadamente para nuestro bien, con una armonía perfecta. Ha puesto en nuestro cerebro 13 mil millones de neuronas que inteligentemente colaboran entre sí para nosotros, que si bien quisiéramos que la máquina más perfecta lo supliera, tendría que ocupar el espacio que ocupa un edificio de 70 pisos. Dios nuestro Creador nos ha regalado unos ojos que contienen aproximadamente 100 millones de receptores, que hacen posible que la luz llegue a nosotros, distinguir la enorme gama de colores y tonalidades, para poder contemplar desde el brillo de una estrella que dista a muchos millones de años luz de distancia hasta el rostro de un hermano cercano. Ha puesto alrededor de 24 mil millones de filamentos en nuestros oídos, los cuales, ante el sonido del viento, de una canción, de una llamada, vibran y se convierten en información muy importante para nosotros. Para poder movernos de un lugar a otro, nos ha dotado nada menos que de 500 músculos, 200 huesos y 7000 nervios. Nuestros pulmones son el filtro más poderoso que existe en el universo, ya que permite que no pasen a nuestro cuerpo las partículas que se encuentran en el aire contaminado. Nuestro corazón día y noche trabaja para nosotros, unos 36millones de palpitaciones que hacen posible que la sangre sea irrigada en todo nuestro cuerpo a través de 100 mil kilómetros de venas y arterias.
Esto es sólo una parte de lo que se refiere a nuestro cuerpo, pero además, por nuestra alma, tenemos la capacidad de amar, de creer, de esperar. podemos comunicarnos con Dios y con nuestros seres semejantes. Lo triste es que aún con toda esta riqueza, no sabemos que hacer con nuestra vida y con la vida de los demás. y preferimos vivir vegetando para no asumir el compromiso que corresponde a un ser humano. ejercitar un talento es mucho más que saber jinetear un dolar en este tiempo de desajuste económico, es aprender a vivir la propia vida y enseñar a los que no saben para qué Dios nos puso un cerebro, un par de ojos y unos oídos, a que los pongan al servivio de Dios y de los demás, poque de esa manera estrán produciendo mucho para sí mismos, porque cuando se promueve la vida, se acrecienta y adquiere una mayor calidad, cuando se da la fe y el amor, se multiplican y cuando se vive en la esperanza, todo se alcanza. Que Dios, que nos ha creado tan sabiamente, no se arrepienta nunca de habernos dado tantos talentos, pidamosle aÉl que nos enseñe a usarlos. tenemos un manual que es la Palabra de Dios y los sacramentos, tenemos su Espíritu Santo y contamos con una Madre y Maestra que supo poner sus talentos para el servicio de todos nosotros.
espero que nos demos cuenta, lo inmensamente ricos que somos....
porque dandonos cuenta, podremos invertir lo que somos y tenemos en Aquél que nos a creado, que es por quien vale la pena vivir.
P. Raúl

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