Una comunidad del Espíritu
Por la adhesión a Jesús, todos y cada uno de los miembros de la comunidad cristiana participan de su Espíritu (Jn 1,16). Así, el rasgo propio de la comunidad es poseer una vida que es la vida/amor de Dios comunicada; ésta se ofrece á los hombres en Jesús, cuya vida y muerte traducen en lenguaje humano el amor infinito de Dios.
Por la adhesión a Jesús, todos y cada uno de los miembros de la comunidad cristiana participan de su Espíritu (Jn 1,16). Así, el rasgo propio de la comunidad es poseer una vida que es la vida/amor de Dios comunicada; ésta se ofrece á los hombres en Jesús, cuya vida y muerte traducen en lenguaje humano el amor infinito de Dios.
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